Es una fuente de estimulación visual muy divertida, no solo por su luminosidad y sus colores que pueden ir cambiando de manera suave y cíclica, sino también por su estimulación táctil, vestibular, propioceptiva y auditiva. Gracias al accionar de los botones que se encuentran instalados en la pared interna de la piscina, el usuario podrá cambiar los colores y efectos a su voluntad.
Además, se trata de una superficie segura, ideal para mejorar la motricidad, el control postural y el equilibrio en un entorno controlado.
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