Es una fuente de estimulación visual muy divertida, no solo por su luminosidad y sus colores que pueden ir cambiando de manera suave y cíclica, sino también por su estimulación táctil, vestibular, propioceptiva y auditiva. Gracias a sus distintos modos de funcionamiento, podrás utilizarla para que cambien de color de forma autónoma (modo pasivo) o al accionar los botones que se encuentran instalados en la pared interna de la piscina (modo interactivo ) y a través del Smartphone o Tablet, convirtiéndose en rítmica y sensible a la voz del niño.
Además, se trata de una superficie segura, ideal para mejorar la motricidad, el control postural y el equilibrio en un entorno controlado.
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